La energía geotérmica es una de las fuentes de energía renovable menos conocidas. Sin embargo, ya existía antes de que la expresión fuese inventada y mucho antes de que se hablara de desarrollo sostenible, de gases de efecto invernadero o de la lucha contra el cambio climático.
Energía geotérmica es la energía almacenada en forma de calor por debajo de la superficie sólida de la tierra.
Esta definición ha sido adoptada por el Consejo Europeo de Energía Geotérmica (EGEC). Engloba el calor almacenado en rocas, suelos y aguas subterráneas, cualquiera que sea su temperatura, profundidad y procedencia.
No incluye el calor contenido en masas de agua superficiales, continentales o marinas, cuyo aprovechamiento también es posible mediante intercambiadores y bombas de calor.
Principalmente existen tres sistemas de captación de energía:
- Captación horizontal: requiere una superficie de terreno considerable, los captadores se colocan horizontalmente a 1-2 m. de profundidad, con una longitud variable.
- Captación vertical: es la elección más adecuada cuando el terreno de que disponemos es limitado. Se realizan perforaciones de pequeño diámetro con profundidades comprendidas entre 25-100 m., por lo que el sistema es más caro que el anterior.
- Captación de una capa freática: en este sistema se utilizan las aguas subterráneas, mediante una bomba (pozos o perforaciones).
Como el calor contenido en rocas y suelos es demasiado difuso para ser extraído directamente de forma económica, es necesario disponer de un fluido, generalmente agua, para transportar el calor hacia la superficie de forma concentrada, mediante los sondeos, sondas geotérmicas, colectores horizontales o intercambiadores.
Tiene un gran potencial de utilización, tanto para usos térmicos a escala doméstica como en agricultura e industria.
La calefacción o refrigeración geotérmica es un sistema que utiliza una bomba de calor que es una maquina térmica que permite transferir energía en forma de calor de un ambiente a otro según se requiera. Su funcionamiento es muy similar a un aire acondicionado tradicional que funciona para frío o como calefacción.
Las instalaciones que emplean bombas de calor geotérmicas para calefacción, refrigeración y producción de agua caliente sanitaria sólo consumen energía eléctrica para el funcionamiento de los compresores eléctricos, las bombas de circulación y los posibles ventiladores del interior del edificio. Las emisiones equivalentes de gases son únicamente las correspondientes a la producción en origen de esa energía, muy inferiores a los sistemas tradicionales.
Otro punto importante a señalar es que las bombas de calor geotérmicas utilizan sistemas de refrigeración sellados en fábrica, con menos cantidad de refrigerante que los sistemas de aire acondicionados, que rara vez o nunca son recargados, por lo que no contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.